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Fantasías Sexuales ¿Es normal? ¿pienso demasiado en ellas?

“Casi todas las personas tenemos un mundo interior sexuado y sentimos curiosidad por saber qué y cómo fantasean los demás”

Desde una temprana edad todos los seres humanos son capaces de ver con sus ojos mentales. Pueden evocar objetos que no están presentes realmente, e imaginarse haciendo cosas que no están haciendo. Los psiquiatras y los psicólogos llaman a esta capacidad de la mente humana "fantasear" y a sus productos "fantasías". Los escritores y artistas la llaman "imaginación", mientras que el lenguaje ordinario posee una riqueza de términos para describir diferentes formas de esta actividad mental, como soñar despierto, ilusiones, ensueños, quimeras, etc. (Encyclopedia of Love and Sex, 1971).



La fantasía puede definirse como la facultad de reproducir por medio de imágenes cosas pasadas o lejanas, de representar los ideales en forma sensible o de idealizar las reales. Mediante la imaginación el individuo puede transformar el mundo real en lo que más le agrade, aunque sea algo inverosímil y efímero.

Si bien la fantasía no es más que una divagación simulada de nuestra mente, puede contribuir a incrementar o provocar entusiasmo, estímulo, aventura, goce y seguridad en uno mismo (Masters et all, 1987).


“La fantasía sexual es un recurso erótico como lo puede ser una película pornográfica o un juguete. Mientras fantaseamos, en la imaginación no existen las consecuencias que pudiera tener esa acción en la realidad. Tampoco tenemos que dar la talla ni vamos a ser juzgados. Si imaginamos que realizamos una práctica sexual que en la realidad puede causar dolor, por ejemplo, en nuestra imaginación resulta que no es dolorosa, por lo tanto, fantaseamos con ella con absoluta libertad”. Es, al fin y al cabo, una herramienta al alcance de cualquiera para disfrutar de unos minutos 100% placenteros.


Durante mucho tiempo fueron consideradas como un Tabú e incluso como algo de lo cual avergonzarse, hoy en día casi todo el mundo ve las fantasías sexuales como algo natural y propio de la sexualidad individual. La razón para aceptarlas sin renegar tanto es que, además de participar en nuestro equilibrio psíquico (gracias a no negarnos lo que nos excita), es que alimentan el deseo, intensifican el placer, enriquecen nuestra vida sexual y son el motor de una sexualidad más abierta y desarrollada.


¡Aquí algunas de las fantasías más populares!





Cambio de parejas:

Un pequeño cambio de escenario, normalmente aparece en la mente algún conocido o persona de nuestro circulo social.






Hacerlo en un lugar público:

Un poco de adrenalina hace fantasear a cualquiera, ¿Cuántas hemos imaginado una visita exprés al baño del bar o restaurante? Tan solo trabar la puerta con seguro y dejarnos llevar por la emoción del momento.





Ser dominadas o amarradas (Llamado el efecto “50 sombras de Grey”)

Claro que esos libros y películas hicieron volar la imaginación de más de una. Al terminar el libro o la película en algún momento quisimos ponernos en el lugar de Anastasia Steele y ser dominada por el guapísimo magnate.



Claro que faltan muchas!


Porque cada minuto podemos pensar en una nueva fantasía, el limite esta en nuestra mente, recuerda, es sano y maravilloso dejar volar la imaginación.


Elizabeth Castañeda Silva

Educadora de la Sexualidad

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ELIZABETH CASTAÑEDA SILVA EDUCADORA DE LA SEXUALIDAD

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