Noche de bar

Es una noche de esas que algo te impulsa a salir y vivir algo diferente, así que me doy el gusto de salir al antro mas popular y de moda, claro, no voy solo, es noche de amigos y lo que pueda pasar se quedara en esa noche. Estando en el lugar me acerco a la barra para pedir un Whisky, sin buscarlo siento la mirada mas profunda y sexy desde el extremo de la barra, y ahí está ella, una hermosa mujer con el vestido mas sexy y entallado que hubiera visto, su mirada desprende una seguridad que la hace ver más sexy que su ropa o su cabello negro y largo como la noche.

Nunca nos habíamos visto pero nuestras miradas y deseo hablaron por si solas, así que tomé a esa bella mujer y nos metimos al baño de mujeres, sólo nosotros dos; ella con una mirada seductora puso el seguro de la puerta así que la tome de la cadera y la pongo contra la puerta, empiezo a besar su cuello, siento como su cuerpo se suelta. Aprecio su vestido corto y pegado, veo como su piel se eriza al sentir mi respiración en el cuello.

Estando parado atrás de ella toco sus hermosos pechos, lentamente subo su vestido para dejar expuesto su vientre y sus hermosas nalgas, con mi mano derecha toco esa diminuta y provocativa tanga, mientras que con mi otra mano acaricio sus pechos y pezones, deslizo mi mano hacia su vulva y comienzo suavemente a estimular su clítoris.

Desabrocho mi pantalón y saco mi pene para ponerlo entre sus nalgas, ella como acto reflejo lo empieza a estimular con la mano. Llegamos a un punto de tal excitación que al estimular su punto G explota en gemidos y placer que se escurre en un delicioso Squirt. La tomo de la cintura, la cargo sobre la barra del espejo y empiezo a hacerle sexo oral, estando tan excitada solo cuando me lo pide a gritos la penetro, empiezo a sentir como mi pene esta tan estimulado que dejo de controlarme. Siento como el glande esta tan sensible que manda la señal de eyacular. Sigo penetrando a la bella dama y escucho como ya no puede controlar sus gemidos y se escuchan en todo el baño.

Al escucharla mi cuerpo ya no puede contener la excitación y comienzo a venirme de una forma tan placentera que ella gime cada vez mas y mas, consiguiendo un orgasmo descontrolado. Terminamos con un beso, nos agradecemos mutuamente y lentamente salimos del baño como los perfectos desconocidos que eramos. Y que todo esto quede grabado en nuestra mente.

Arturo Javier

Educador de la sexualidad